¿Eres consciente del tiempo que se pierde en las organizaciones quejándose?
Es muy común encontrarme con equipos y líderes anclados en la queja, con unas consecuencias devastadoras tanto para la organización como para las personas que les rodean, sin olvidarnos de ellos mismos. ¡Sólo tienes que imaginar a un lider que transmite a su equipo negatividad, pesimismo, resistencia a lo nuevo… Puf!
Cuidado con ella, es una gran chupóptera de la productividad ya que:
- Cuando la queja aparece, las soluciones desaparecen y se adapta un papel muy víctima. Pone su foco en el pasado, en lo que sucedió, en lo que pudo haber sucedido, en lo que me dijeron, etc.
- La queja sólo persigue eso: quejarse repetidamente, una y otra vez para buscar la aprobación y comprensión de los demás, y por supuesto rechaza otros puntos de vista.
- Es muy peligrosa y altamente contaminante. Es fuente de estrés, conflictos, desmotivación, etc.
- Crea resistencia al cambio. Le cuesta visualizar una oportunidad en el futuro.
- Construye verdaderos bucles tóxicos de los que es muy difícil salir.
- Genera un mal clima laboral e influye directamente en el bienestar. Es una chupóptera de energía.
Pero la buena noticia es que se puede tratar. Es posible disminuir el tiempo que los empleados de una empresa dedican a quejarse.
Imagina que esto sucediese: ¿eres capaz de imaginar a tu equipo y/o compañeros pasando de la queje a la búsqueda de soluciones? ¿eres consciente de los beneficios que esto tendría?
Justo ayer trabajé con un equipo de líderes que persiguen este objetivo: disminuir las quejas de sus equipos para hacerlos más productivos, y a través de un proceso de coaching sistémico de 4 sesiones se que conseguirán su meta.
Si quieres saber cómo puedes ponerlo en práctica, escríbeme y compartiré contigo algunas claves.
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#StopQueja